Para.

Dejalo.
Cierra los ojos.
Respira hasta que tus pulmones estén a punto de estallar.
Canta sin miedo de que tu voz se oiga.
Baila en solitario a tu artista favorito.
Preparate un té.
Escucha un jazz.
Abre un libro.
Cierra el estrés.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Corramos un tupido velo

Noñerías en un post

XXII & XXVIII