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Mostrando entradas de octubre, 2014

De eso...

De eso que te paras y miras hacia atrás y ves tantas cosas. Ves cosas de las que te sientes orgullosa, ves errores totales, ves errores fatales. Ves tu vida hace un tiempo y piensas en como ha cambiado y en lo raro que en el fondo es todo. Somos los animales más extraños del mundo, los humanos. Y pienso en nuestra maldición de pensar. Ojalá hubiera tontunas inmortales, pequeños detalles que nunca desapareciesen, como las cuentas de rol olvidadas que abres después de meses y miras con tristeza. ¿Dónde estáis, vidas pasadas? ¿Dónde estás, genio perdido? Y mi tiempo, ¿dónde está? ¿Por qué me lo habéis robado? Y mi vida, ¿dónde está? ¿Por dónde te has escapado?

¿Os cuento un cuento?

Erase una vez un mundo del revés. En todos lugares las madres reían, Profesores explicaban, atendían, En la escuela las niñas aprendían inglés Erase una vez un mundo del revés. Donde al abrir el grifo gotas caían, los niños en la calle alegres corrían, y el hipérbaton no era un recurso burgués. Erase una vez un mundo ideal. Donde fuera de Occidente, todo esto se encontraba.  Erase una vez un mundo demente  Erase una vez un lugar real.   Donde la paz se asesinaba.

"Roma"

            "¿Si todos los caminos llevan a Roma, como se sale de Roma?" -           "Si todos los caminos llevan a Roma, dejate llevar a Roma. Piensas, pero no ves. Hablas, pero no piensas. De Roma se sale amando. Y, ¿qué es Roma, ese extraño ente del que no hay escapatoria? ¿Una ciudad? ¿Un nombre? Un cúmulo de recuerdos, suspiros sobre suspiros, y polvo sobre piedras. Polvo sobre piedras – repitió, señalando el banco, su pecho y su interlocutor- . Todos somos Roma".

Ninfa.

Había una mujer en la plaza Piel de almendro Ojos de azabache Peinado de fábrica Había una mujer en la plaza Una de esas personas que pasan a ser parte del paisaje, como el banco, como los árboles, como la fuente sucia y seca. Una de esas personas que vemos todos los días y que por cuya historia raramente nos preguntamos.  Una sabia sin carrera, una profesora sin alumnos. Era la ninfa humana de la plaza

Para.

Dejalo. Cierra los ojos. Respira hasta que tus pulmones estén a punto de estallar. Canta sin miedo de que tu voz se oiga. Baila en solitario a tu artista favorito. Preparate un té. Escucha un jazz. Abre un libro. Cierra el estrés.