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Mostrando entradas de diciembre, 2014

Dan ganas

Dan ganas de todo y nada Dan ganas de luchar y de dormir Ganas de debatir y de quedarse callado Ganas de escribir y ganas de llorar Ganas de dormir la mona de los exámenes Y están las ganas de siempre de meterse en un libro y perderse dentro, de ir a Hogwarts entrando por un armario que venga de Narnia, de visitar Alagaësia en lomos de un dragón, acabar viendo una puesta de sol, y moviendo tu silla unos metros para ver otra. Dan ganas.

Buh,

Al niño de colores ¿Buh? No me das miedo No haces nada con ese "buh" adorable y tus amenazas de lo que hay debajo de mi cama tienen menos efecto que las artes de Sir Simon Canterville en los Otis ¿Quieres asustarme? Conviértete en un hombre gris de los que roban con palabras y llevan un maletín lleno de sueños ajenos y vuelve entonces vendiendo lo que debería ser gratis y dando préstamos para comprar las cosas que nadie necesita Entonces me darás miedo (pero prefiero que no lo hagas)  ...y al hombre gris Fuera de mi vista, patético insecto, ¿qué sabras del precio de las cosas, si desconoces el valor de una sonrisa? Dejalo para otra persona, alguien que sepa lo que hace, alguien que quiera felicidad y no dinero, y que trate a sus compatriotas como compañeros. Y si estás arriba, no es porque pensemos que eras el más bueno, sino porque la mayoría pensó que eras el menos malo. Así que temenos, hombre gris, tú en tu despacho de empresa o g

Noñerías en un post

Para empezar, duerme Y en sueños, recita el romance que un día te enseñé mientras mi boli sangraba Luego vete a Sevilla, con las instrucciones que te dejé en esa nota, pero llevate un cojín por si acaso En lo alto de la Giralda recita otra vez la poesía y date cuenta de que tiene más sentidos que un nudo de carreteras Todavía soñando, comprende que todos esos sentidos llevan a la ciudad inmortal conocida como Roma Dale la vuelta a la ciudad, y entonces despierta.

¡Al ladrón! (También conocido como olvido repentino)

No me quites las palabras de la mente. Esa ocurriencia que has hecho volar era mía. ¿"Ja, ja, ja"? Yo no lo pillo. Devuelvemela, maldito. ...era mía                                                                                                        

Corramos un tupido velo

Corramos un tupido velo y vayamos a lo importante ¿Cuánto me das por un diamante? Carbono puro. Solo necesita un poco de presión para ser elegante, alguien que se encargue de pulirlo bien brillante. Y vaya una metáfora para explicar una situación. Yo soy la punta de lápiz, y solo necesito "un poco" de presión para dar todo de mi misma. Porque vaya vaga, señores. Espero no ser la única por aquí porque maldita sea. Me sentiré aún mal (Sentimiento que se va rápido) Vaya por Dios.  Pero, ¿cuántas vayas llevo exactamente? Al final me da para rodear todo mi pueblo.  JAJAJA. Ya. Me callo. No, no me callo. Porque todo esto es mío, mi tesoro, joder. Y voy a coger ese maldito diamante y lo voy a enterrar en el nucleo terrestre y... (bla, bla, bla, charla de motivación personal) ANUNCIO A NADIE: Este blog personal va a salir de las tinieblas para seguir adelante.

Malditas matemáticas

Lápices de colores olvidados en una esquina.  Saxofón llorando, porque los días pasan como las hojas, de los libros que nadie lee. Historias que suplican atención, y autodescontrol encontrado. Viva el no hacer nada cuando hay mil cosas que hacer. Y malditas sean las matemáticas. O más bien quien las intenta resolver. ¿Adónde voy, yo, ese artista, que por no pensar acaba filosofando sobre una mosca, y deja de saber que significa un minuto? Adjetivos simples que me cuesta pronunciar, tan reales como la silla en la que me encuentro ahora, que describen perfectamente la manera  en la que me engaño con un "Después" Tomadme por loca. Pero, ¡malditas matématicas! No quiero vuestros prestamos con intereses. Callad. Ya os atiendo. Problemas más grandes tiene una araña.